Las Tres Métricas Clave de Paula Radcliffe y su Récord Mundial de Maratón
“¿Qué tipo de entrenamiento debo hacer? ¿Qué mejora con esta sesión? No noto mucho efecto—¿aun así debería seguir haciéndola?”
Estas son algunas de las preguntas más comunes sobre entrenamiento. La frecuencia de estas dudas sugiere que los efectos del entrenamiento no siempre son inmediatos. Puede tomar tiempo notar los beneficios físicamente, y en algunos casos, los datos pueden mostrar mejoras incluso si tu cuerpo aún no lo percibe.
Al observar los datos de Paula Radcliffe, la poseedora del récord mundial de maratón femenino a principios de los años 2000, podemos ver cómo evolucionaron diversas métricas fisiológicas clave gracias al entrenamiento.
Paula Radcliffe (en adelante, PR) es una corredora británica de maratón y una de las atletas más destacadas de la historia. Ganó siete maratones importantes y su récord mundial femenino de 2:15:25, establecido en el Maratón de Londres en abril de 2003, se mantuvo imbatido durante 16 años, hasta 2019. Investigadores recopilaron sus datos fisiológicos desde 1992 hasta 2003. Veamos cómo evolucionaron estas métricas hasta el momento en que rompió el récord.
La “resistencia” puede definirse como la capacidad de mantener una intensidad determinada el mayor tiempo posible. En los deportes de resistencia, la producción continua de energía es esencial, y esa energía proviene principalmente del metabolismo oxidativo, el cual depende del suministro de oxígeno.
Por ello, el estudio evaluó tres métricas fisiológicas clave relacionadas con la absorción y utilización del oxígeno: VO₂max, RE (Running Economy – Economía de Carrera) y LT (Lactate Threshold – Umbral de Lactato).
VO₂max representa la cantidad máxima de oxígeno que el cuerpo puede utilizar. Una mayor captación de oxígeno permite generar más energía, lo que hace del VO₂max un factor determinante en el rendimiento de resistencia. Los atletas de élite masculinos suelen tener un VO₂max de 70–85 mL/kg/min, mientras que las mujeres se sitúan entre 60–75 mL/kg/min.
RE se refiere a la cantidad de oxígeno consumido a una velocidad dada. Varía ampliamente entre individuos, incluso entre atletas de élite. Cuanto menor es el consumo para mantener una misma velocidad, mayor es la eficiencia. Una RE más baja implica menor consumo de glucógeno muscular y menor riesgo de acidosis metabólica.
LT (Umbral de Lactato) marca el punto en el que los niveles de lactato en sangre comienzan a aumentar bruscamente. El lactato es un subproducto del metabolismo anaeróbico, generado cuando la producción aeróbica es insuficiente a intensidades altas. A medida que se acumula lactato, la contracción muscular se ve comprometida, lo que hace del LT un indicador esencial de la capacidad de resistencia.
Los investigadores utilizaron una prueba en cinta que incrementaba progresivamente la velocidad cada 3 minutos. El VO₂max se midió como el pico de consumo de oxígeno, la RE se evaluó al correr a 16 km/h (ritmo habitual de entrenamiento de PR), y el LT se determinó mediante análisis de sangre durante cada etapa.
Esta prueba se repitió de forma constante durante 12 años. Se observaron patrones únicos de evolución en los datos.
El VO₂max mostró ligeras fluctuaciones, pero se mantuvo en torno a 70 mL/kg/min desde 1992 (cuando PR tenía 18 años) hasta 2003. No se observaron mejoras significativas; de hecho, su valor en 2003 era ligeramente inferior al de dos años antes.
En contraste, la RE mejoró de forma constante. El consumo de oxígeno por kilómetro disminuyó de 205 mL/kg/km en 1992 a 175 mL/kg/km en 2003—una mejora aproximada del 15%. Curiosamente, a pesar de que su VO₂max no aumentó, la velocidad a la que lo alcanzaba sí lo hizo, gracias a una RE más eficiente.
El LT y LTP (Punto de Giro del Lactato) también mejoraron. Los investigadores atribuyen estos avances al entrenamiento. A medida que aumentó su velocidad máxima, PR fue capaz de entrenar a intensidades más altas, lo que impulsó su mejora en el LT.
Las mejoras en la RE parecen haber sido el factor central en el progreso de PR. Sin embargo, como la RE depende de múltiples elementos fisiológicos, es difícil identificar una causa única. La mejora de la capacidad aeróbica es un proceso multifactorial.
Por ello, los investigadores destacaron la importancia del entrenamiento de alta calidad. PR valoraba tanto el volumen como la calidad del entrenamiento, manteniendo siempre un estándar elevado. Mediante pruebas regulares, monitoreaba sus datos fisiológicos y ajustaba la intensidad según su estado.
Este sistema de retroalimentación continua optimizó su eficiencia de entrenamiento, redujo la acumulación de lactato, mejoró la utilización de oxígeno y fortaleció su capacidad aeróbica global.
Los efectos del entrenamiento pueden tardar en sentirse. A veces no notarás los cambios en el cuerpo, pero los datos revelan progreso. Por eso es importante seguir entrenando con constancia y revisar tus métricas.
Ajustar la intensidad a tu estado actual permite avanzar gradualmente y alcanzar mejoras a largo plazo.